Atiende a sus pacientes en el Hospital María, Especialidades Pediátricas bajo el programa de cardiología intervencionista pediátrica, y también en el Hospital Medical Center.
Tegucigalpa. Su profesión le lleva a experimentar a diario verdaderos desafíos médicos, pues a través de sus consultas abraza con responsabilidad la historia de niños con enfermedades del sistema cardiovascular.
En el país, Daniela Iveth García Romero, es la única profesional de la medicina con alta especialidad en Cardiología Intervencionista Pediátrica, certificada por el Colegio Médico de Honduras.
Con su formación y entrega a sus pacientes ha logrado posicionar a su patria en el mundo de las innovaciones para tratar dolencias del corazón y los grandes vasos, a través de intervenciones mínimamente invasivas.
Son 15 años de estudio universitario continuo los que ha acumulado a la fecha, desde el momento en que ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras-UNAH, en busca de su título de doctora en medicina y cirugía general, luego continuó los años de estudio para alcanzar la especialidad en pediatría.
Pero comprender la historia natural de las enfermedades del corazón, congénitas y adquiridas, así como el manejo integral del paciente se volvió su pasión desde que estudió la subespecialidad de cardiología pediátrica. Esta formación la recibió durante dos años en la Universidad Autónoma de México, a través de sus pasantías en el Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Luego su interés por conocer más sobre las ciencias básicas y clínicas la impulsó a estudiar la alta especialidad de Cardiología Intervencionista en Cardiopatías Congénitas egresando en 2022.
Encuentro con la medicina
Al egresar del bachillerato a Daniela le llamaban la atención dos carreras: la arquitectura y medicina, pero bajo los consejos de su mamá se decidió por la ciencia de la salud dedicada a la prevención, diagnóstico, y tratamiento de enfermedades.
Al avanzar en su formación se vio atraída por la atención hacia los niños, y tuvo mayor impacto en ella el desenlace sombrío que se visualizaba en ese momento con los niños con enfermedades del corazón, pues sabía que en otros países existían mayores oportunidades para este tipo de pacientes.
“Estaba consciente que en mi país había pocos médicos capacitados para atender este tipo de pacientes y este fue mi principal motivo, unido a una gran la ilusión de ayudar mejorar el tratamiento de los niños, a medida que estudias más del corazón de los niños, te das cuenta lo apasionante que es esta ciencia, y los grandes beneficios que puedes traer a la población que lo padece”, expresó.
Ciencia fascinante
Para ella, la cardiología en todo su esplendor es una ciencia fascinante que permite prevenir, innovar, tratar y curar muchas dolencias de la población. Ante la pregunta sobre qué innovación piensa que ha sido la más impactante en la cardiología destacó la creación de una de las primeras cirugías como la fistula sistémico-pulmonar para proveer sangre oxigenada a los niños con Tetralogía de Fallot.
También consideró que otro gran avance ha sido el desarrollo del tratamiento de algunas enfermedades del corazón por medio de un cateterismo cardiaco sin requerir cirugía a corazón abierto, además del tratamiento de arritmias cardíacas y actualmente el manejo de la insuficiencia cardíaca con la creación de sistemas de apoyo ventricular y trasplante cardíaco.
Frente a los avances médicos en su campo y su visión a corto plazo sobre la cardiología intervencionista en el país dijo que desea continuar capacitándose en áreas específicas de la cardiología para ofrecer atención actualizada y de calidad.
Agregó que su meta actual es mantener el programa de cardiología intervencionista que se ha iniciado en el país, pues para lograr expandirlo se requiere de un gran apoyo logístico y de la tecnología.
Logros importantes
Daniela dijo que su mayor logro profesional a la fecha ha sido estudiar en el extranjero y haber logrado la certificación del Consejo Mexicano de Cardiología.
“Pero lo más importante es poder traer ese conocimiento y ponerlo al servicio de mi país Honduras, especialmente habilitando el Programa de Cardiología Intervencionista en Cardiopatías Congénitas en el Hospital María, Especialidades Pediátricas”, manifestó la connotada especialista.
Sin embargo, en su labor diaria también se enfrenta a necesidades propias del país como el limitado acceso a insumos que requiere su especialidad y además de la escasa tecnología ya que el cateterismo cardíaco pediátrico para atender cardiopatías congénitas es un servicio relativamente nuevo en el país “y esto limita en gran medida ejercer mi práctica profesional de manera rápida y adecuada”.
Aunque con limitaciones se ha llenado también de grandes satisfacciones y uno de los casos que mantiene presente es la de un bebé recién nacido que le tocó atender a su regreso al pais, luego de culminar sus estudios en México.
“Era un recién nacido de 2 kg, y un día de vida, diagnosticado con una cardiopatía compleja dependiente de conducto arterioso quien llegó de emergencia al Hospital María, en estado grave, con una saturación de oxígeno muy baja (menor a 40%) y con el equipo de terapia intensiva se dio el manejo inicial y luego le realizamos el cateterismo cardiaco (Implante de Stent en conducto arterioso), el resultado fue exitoso, el paciente logró una saturación adecuada y actualmente tiene una año en espera de su siguiente cirugía”, contó la experimentada profesional de la medicina.
Experiencia
Desde su regreso al país lleva cinco años ejerciendo labores como cardióloga pediatra en México y Honduras, y dos años ejerciendo como cardióloga Intervencionista Pediatra.
Aseguró que disfruta ser cardióloga pediatra porque le permite trabajar de manera integral con el paciente y su familia, además de tener contacto con su médico pediatra de base.
“Lo disfruto porque puedo tratar una dolencia pediátrica general, o un problema específico de una cardiopatía compleja, pero además puedo realizar estudios especiales como electrocardiogramas y ecocardiogramas”, dijo.
Gracias a su especialidad también tiene la oportunidad de diagnosticar y además tratar por medio de cateterismo cardiaco enfermedades del corazón desde recién nacidos y ayudar a que los niños puedan incorporarse a su vida cotidiana con una buena calidad de vida.
Su día a día
Cada día al llegar las 7:00 de la mañana se entrega por completo a la asistencia de sus pacientes, ya sea evaluándoles o realizándoles procedimientos conocidos como cateterismos cardiacos.
En estas extensas jornadas de trabajo que culminan de manera regular a las 8:00 de la noche, ella puede diagnosticar dolencias como; soplos cardíacos, sincope, arritmias, cardiopatías congénitas, enfermedades cardiovasculares adquiridas, e hipertensión arterial pulmonar, que presentan niños desde recién nacidos hasta adolescentes.
Su enfoque principal en la atención médica pediátrica es el diagnóstico preciso y en el tratamiento de las enfermedades del corazón de los niños brindando a las familias la mejor opción, ya sea tratamiento conservador, farmacológico, tratamiento por cateterismo cardiaco (sin cirugía a corazón abierta) o tratamiento quirúrgico, “brindado una cardiología pediátrica sincera y actualizada en ocasiones adaptada a la situación del país”.
Orgullosa de sus orígenes
Nació en la capital de Honduras en 1989, pero ha sido la ciudad de Talanga, su tierra natal, pues ha sido el lugar donde sus padres Lourdes Esperanza Romero y Nahum García Urbina decidieron formar una familia, núcleo que aseguró son su gran fortaleza “son ellos los que en buenos y malos momentos me dan fuerza”.
Tiene tres hermanas, “la mayor es Yaritza que es Dra. en química y farmacia, luego sigo yo y luego mi hermana Lourdes que es Dra. en microbiología y Nicol que es ingeniera en sistemas.
De niña recordó que por lo general observaba a mujeres exitosas y profesionales, y siempre soñaba con llegar a ser una mujer profesional, responsable trabajadora y tener una familia hermosa.
Así mismo, nos confió sus recuerdos de las tardes de juego con sus hermanas, primos y vecinos “jugábamos en el patio y afuera de nuestras casas, juegos tradicionales como; landa, rayuela, escondite, juegos con cuerda, rondas infantiles y además algunos partidos de fútbol rápido, y en casa me gustaba mucho hacer ropa para las muñecas y construir pequeñas casas”.
Su papá la describió como una joven inteligente, característica que mostró desde antes de entrar a la escuela, aunque con cierta timidez y recordó que al matricularla en el kínder Bertha A. de Silva, su mamá tuvo que acompañarle en las clases hasta lograr completar la preparatoria, luego al llegar a la primaria fue matriculada en la Escuela República del Ecuador donde destacó siendo excelencia académica.
Al llegar al nivel medio igual continuó con notas altas y comenzó a perder la timidez, y se integró a un equipo de futbol femenino. Su primer título académico lo obtuvo en la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio y egresó siendo Bachiller en Educación, en ese tiempo fue llamada para formar parte de la Selección Nacional de Balonmano, pero por falta de tiempo no logró integrarse al equipo.
Al llegar a la universidad nunca perdió una asignatura, pues se dedicó plenamente a sus estudio de medicina, su servicio social lo realizó en Gracias, Lempira. Luego aplicó a una beca para la especialidad de pediatría, y logró la medalla Cum Lauden, después se enlistó para estudiar en México y de 100 inscripciones eligen 20 estudiantes, en ese grupo quedó Daniela.
"Con grandes dificultades, pues no es fácil estudiar en el extranjero y un día me dijo, el día que no tengas dinero no te preocupes, yo voy a buscar un préstamo porque no me voy a detener y de su promoción de 20 alumnos ella fue una de las mejores en su rendimiento, y solo eran tres extranjeros, el resto eran mexicanos", explicó su padre, un distinguido docente de la ciudad de Talanga.
Agregó que estando en México le visitó y pudo ver el esfuerzo de su hija, porque hasta de madrugada estaba estudiando, luego se enteró que estaba aplicando para una nueva especialidad que es la cardiología intervencionista pediátrica, en ese momento le tocó mas difícil aún porque llegó la pandemia.
"Pero las cosas buenas y de la mano de Dios las cosas tienen su premiación, pues allá solicitaron voluntarios para atender salas Covid-19 y ellas junto a dos compañeras se ofrecieron y luego les ofrecieron una plaza laboral y le sirvió mucho", dijo el profesor Nahum.
Otro logro que representó de gran orgullo para la familia fue que de 10 estudiantes de su especialidad Daniela se posicionó en el primer lugar por su mejor trabajo.
En la actualidad, ella se describe como una mujer trabajadora, luchadora, honesta y temerosa de Dios, “soy una mujer afortunada y con muchas virtudes me considero buena hija, amiga y una profesional comprometida, además dotada de mucha paciencia, fuerte, valiente y probablemente un poco introvertida y temerosa en algunas situaciones. Me gusta mucho hacer deporte y mantener un estilo de vida saludable”.
En corto
¿Qué valores considera imprescindibles en su trabajo?
Liderazgo, responsabilidad, trabajo en equipo y ética profesional.
Fuera del hospital, ¿cómo se desconecta?
Me gusta mucho pasar tiempo con mi familia, disfrutar de momentos cotidianos como; cenar, cocinar juntos, me gusta mucho salir a caminar o correr, ir a la playa o alguna montaña.
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