Es una de las estrellas de UNAH Jazz Combo y además es el baterista de la banda del músico católico Andrés Ferrera. En la actualidad cursa el primer año de la Carrera de Música de la UNAH.
Tegucigalpa. Un joven de especial dulzura, juguetón, de sonrisa permanente, y de grandes sueños en la música, en especial de las melodías clásicas que solo pueden ser alcanzadas con el piano, ese es Tito Gabriel Valle Morazán.
Capitalino, con 19 años, que debido a una negligencia médica, siendo un recién nacido, perdió el sentido de la vista, pero que mientras crecía y se enteraba de que no conocería el mundo a través de los ojos aprendió a construirlo bajo la sensibilidad del tacto y el oído.
Aun no alcanza la mayoría de edad legal, pero ya es un experimentado baterista nacional, pues desde muy pequeño aprendió la técnica, y encontró entre sus dones naturales la coordinación, el control y la precisión para hacer sonar primero la guitarra sin que fuese su instrumento preferido, pero que luego se interesó por un conjunto de tambores y platillos llamado batería.
Hondureño que entre sus aspiraciones en la música destaca conquistar el arte de manera profesional, por ello cursa la Carrera de Música en la UNAH buscando convertirse en un pianista nacional.
Son 64 clases más el curso propedéutico, que en la actualidad es de un año, las que tiene que completar para alcanzar el primer grado universitario
El curso propedéutico es para las personas que no han sido formados en una Escuela de Música o del Conservatorio, por lo que se hace necesario nivelar los conocimientos en el arte musical.
“En el propedéutico lo forman en lenguaje musical, historia de la música y en su instrumento, que en mi caso es el piano”, explicó.
Sueños conquistados y por conquistar
En la actualidad forma parte de UNAH Jazz Combo siendo el baterista y percusionista, grupo universitario con el que ha participado en varias presentaciones, entre ellas durante el Festival Interuniversitario Centroamericano de la Cultura y el Arte-FICCUA Panamá 2024.
Además forma parte de la banda del músico católico Andrés Ferrera con quien ha realizado unas cinco presentaciones a la fecha.
“Gracias al Jazz Combo es que Andrés me pudo conocer y mi primera participación con ellos fue durante la Jornada Juvenil en Danlí”, explicó.
Luego de experimentar la adrenalina que genera una presentación en vivo y recibir los aplausos y elogios del público Tito deja de manifiesto sus más grandes aspiraciones entre ellas tocar junto con las bandas hondureñas Pez Luna e Hibriduz.
“Me gustaría también con Alberto Laínez, y muchos músicos más. A nivel internacional con Luis Miguel”, agregó.
También alcanzar su maestría en música, meta que le llevaría a estudiar fuera del país, debido a que en Honduras no se imparte este grado académico en el arte musical.
Inicios como baterista
Sus inicios en el aprendizaje de tocar la batería, de acuerdo con Tito fueron complicados, pues al comenzar a buscar un centro donde inscribirse de entrada surgió la barrera de su ceguera.
“Hasta que llegamos a la Academia de Artes Juan Pablo II, en enero de 2016, en ese momento solo era que me gustaba el instrumento musical, luego ya me apasioné”, dijo.
Luego comenzó a escuchar a la banda Pez Luna, en la que toca uno de sus maestros “Nery (el chino) Lara y “me gustó su música y en 2021 hubo una presentación y yo fui y me encanto, pero fue el 14 de mayo de 2022 cuando el pianista de la banda que se llama Sergio Aguirre tocó una pieza clásica y de inmediato al finalizar la presentación yo me le acerqué para saludarle, pero al mismo tiempo le pregunté si daba clases y desde ese momento me enamoré del piano”.
Producción musical
Con la llegada de la pandemia y con ello la permanencia obligada en casa Tito comenzó a interesarse en la producción musical “empecé a editar audios, comencé a buscar recursos y entré a un grupo de productores ciegos que interactuaban vía WhatsApp, al grado de pasarme horas, tras horas en eso”.
“También con mi maestro de batería Diego Irías grabamos algunas piezas, pues con él logramos trabajar muy bien”, expresó.
Herencia artística
De acuerdo con el talentoso jovencito en su caso no tiene un legado familiar musical, pues su abuelo materno apenas llegó a participar en serenatas como parte de un cortejo amoroso.
Sin embargo, desde temprana edad, él se interesó por el arte de combinar sonidos producto de que su madre lo inscribiera a la edad de dos años a clases de piano, pero por ser tan pequeño no le tomó mayor interés.
Luego ya en la escuela “mi mamá me metió a clase de guitarra y empecé a perder sensibilidad con el braille, y no me gustaba tanto la guitarra, a los 10 años como en enero de 2016 empecé a estudiar batería”.
Ceguera provocada al nacer
El 9 de octubre de 2005 llegó Tito al mundo, siendo sus padres Nadya Morazán y Tito Valle. Su nacimiento fue prematuro, con seis meses de gestación.
De manera graciosa Tito contó que su inesperado nacimiento surgió porque “era tan desesperado que no aguanté estar en la panza de mi mamá”.
A su vez volvió a lanzar una carcajada al expresar que de fábrica venía sin ningún tipo de falla, pero que producto de un mal manejo en la incubadora le provocaron el desprendimiento de retina.
Un diagnóstico que llevó a su mamá y abuelo a viajar con él, con apenas unos meses de vida, hasta Colombia tratando de encontrarle una cura ante el daño que presentaba en sus ojos.
De manera lamentable “la retina se había despegado del todo”, contó para volver a expresar en tono jocoso “yo creo que no pagué y me cortaron la luz, por eso siempre digo también que fue un error de empaquetado, porque de fábrica yo venía bien, ja,ja,ja,ja”.
Estudios
Luego de que su familia recibiera el diagnóstico preciso en relación a su visión su mamá decidió inscribirlo en el Instituto Franciscano para la Capacitación del No Vidente-Infranocvi, institución en donde recibió desde estimulación temprana y ya en sus primeros años de estudio aprendió el Braille.
El objetivo de este centro es preparar a la persona ciega para que entre a un centro regular y “pues mi mamá ya sabiendo que estaba en esa edad inició la búsqueda, la cual fue bien complicada porque fuimos a un montón de escuelas y no me querían aceptar hasta llegar a Summer Hill donde fui recibido y llegué a graduarme de Bachiller en Ciencias y Humanidades”.
Mencionó que en su salón era la única persona ciega, y los niños lo aceptaron sin prejuicios “para mis compañeros fue algo normal siempre fue súper bonito el ambiente”, y aunque en algún momento llegó a plantearle a su madre que deseaba estudiar música, ella siempre le aconsejó que debía continuar en el centro educativo porque le ofrecía una educación bilingüe y al final su título tendría un valor importante.
Pilares en su vida
Como su columna vertebral considera a su mamá, ella para mí es lo máximo y a mi papá también lo quiero mucho. “Y a mi papá adoptivo también se llama René Girón quien ha sido muy importante para mi vida, desde los 6 años”.
En su familia nuclear, es hijo único, y ha contado con el amor permanente de sus familiares cercanos.
Su mamá además es sin duda alguna su más grande admiradora, pero no tan lejanos se encuentran sus abuelos, tanto por parte de su madre como de su papá.
“Mis cuatro abuelos para mí han sido importantes, pues además de sus cuidados y consejos cuando entré a esto de la música me apoyaron todos hasta para comprarme mis instrumentos”, reveló.
En ese listado de personas que le han acompañado y motivado a que persiga sus sueños han estado también sus amigos, sus mentores y su novia Fernanda.
Un inquieto niño
Tito ha aprovechado tanto sus años de vida que tiene anécdotas a granel y que producto de su extrovertida personalidad no se limita al rememorarlas.
Es así, que contó que siendo un pequeño le fascinaba dialogar y que pese a que su mamá buscaba maneras de como distraerlo, no aceptaba el silencio.
Tampoco se resistía a las travesuras como saltar desde una de las ventanas de uno de los cuartos de la casa de su abuela paterna para caer sobre el techo de otra sección de la vivienda. Así como lanzar cubetazos de agua a la casa vecina tan solo por el gusto de escuchar el sonido que provocaba la caída del líquido.
En una travesura perdió un diente
Por causa de sus ocurrencias llegó a perder una pieza dental, “esto sucedió porque yo escuchaba La Hora del Té, imagínese, yo llamaba y les decía cualquier tontera, era un personaje ya de este programa. Un día llamé sin imaginar que mi mami venía escuchando y en una de esas la escucho que venía entrando y en plena llamada les digo hay viene mi mamá, y cuelgo de un solo, y salgo corriendo a saludarla, pero me estrelle contra la pared y perdí un diente”.
Según Tito, en ese entonces tenía como siete años, pero gracias a su accidente no recibió sanción.
Retos por vencer
Pese a la seguridad con que dialoga y la formación que ha logrado alcanzar aún tiene algunos retos por vencer ligados a la ceguera, como el desplazarse sin la ayuda de otros.
Y es que aunque mantiene siempre a su lado su bastón, está consciente que a nivel estructural la sociedad hondureña aún no está preparada para ofrecerles la seguridad que necesitan, a ejemplo las aceras siendo utilizadas para aparcar motocicletas o vehículos.
En este listado de limitantes en que se puede encontrar una persona no vidente aparece además la inseguridad, pues un alto porcentaje de las personas ciegas han sido víctimas de asaltos y robos.
Dios en su vida
En su vida siempre ha estado presente Dios, pues ha sido formado bajo los principios de la iglesia Católica. “Dios es fundamental, porque lo que he logrado hasta ahora se lo debo a Él”. Reveló además que es devoto del Divino Niño.
Como mensaje final recomendó a los hondureños hacer uso de la tolerancia y valorar más la vida. “Tratar primero de no rendirse y no olvidarse de apoyar su arte y la cultura nacional”.
En corto
¿Cómo se describe Tito Valle Jr)
Soy un aprendiz, un niño en la música, porque vengo empezando y nunca se dejan de aprender y me gusta enfrentar nuevos retos.
Expresiones
“Mi mamá me normalizó la ceguera, nunca me escondió mi condición”.
“Yo soy ciego, o sea, no es como que salude así, pero para mí es algo común, algo normal”.
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